Regreso -de vacaciones- a Venezuela!
Lisboa: la capital de Sabana Grande
Siempre quise conocer Lisboa en la compañía de ese “pedacito de Andalucía” que tanto amo, pero extrañamente mi primer encuentro con esa ciudad fue a través de sus rojos techos y la ventanilla del avión que hacia escala desde Paris hasta Caracas.
Una vez en el viejo y destartalado aeropuerto en donde encontrar un baño pareciera el mayor de los lujos posibles me dirigí hacia mi puerta de embarque, la 21 creo…
Allí justo allí, mi corazón latió o se detuvo de later frente a ese panorama tan conocido…era como una sucursal de “sabana grande” llena de venezolanos, los unos mas gritones que los otros…
El viaje
Una vez en el avión una pareja de “personajes” sesentones, él seguramente cultivador de aceitunas de un remoto pueblo andaluz y ella seguramente una ama de casa reconvertida en vendedora ambulante de empanadas a la entrada del ferry de Puerto La Cruz
En mitad del viaje, en mitad de mi somnolencia acurrucado por el ruido del destartalado ruido del avión portugués y de la película “Ratatouille” en versión italiana, subtitulada en portugués y sin pizcas ni de español ni de francés; un pestilente aroma se acerco hasta mi nariz..
Por un momento creí que se trataba de algún efecto especial del film, ratas y queso francés…y yo estaba absolutamente sorprendido de tales maravillas técnicas, pero la sorpresa duro poco o se transformo en una sorpresa mayor al descubrir que la procedencia de tal “aroma” eran los dos pares de pies descalzos de la vieja, felizmente descansando, en mi apoya brazos.
Acto seguido me erguí como un verdadero energúmeno dispuesto a escupir un discurso en pro de la buena educación y el glamour del mundo, pero al ver la pareja de viejitos me convertí de pronto en uno de los personajes de la película y los ojitos se me hicieron chiquitos, tiernos, tiernitos y no pude decir sino “señora….es que, es queeeeeeeeee”….pareciera mas bien que estaba a punto de pedirle la mano de la hija!
En ese momento la señora al verme tan inmóvil, mudo y atónito me interrumpió con todos sus decibeles solo me dijo:
“Que mijo que las patas me yeden a foooooooooo”
Yo, solo caí en el respaldar de mi asiento y los pasajeros cercanos cayeron en una especie’ de histeria de risa muda, entre el pañuelo que les había servido de protección hasta dicho momento y la pena ajena.
En los siguientes minutos la vieja se dispuso a sacar las toallas que se entregan con la comida, las desplegó y desplegó así, el olor …minutos después, estábamos todos inmersos en el fétido olor de ‘Mistolin” de esas toallas y el discurso de la pareja de viejitos ella echándole la culpa y el respondiendo “a coged por culo”….no me hacia falta aterrizar con esos dos episodios ya había y ya estaba en Venezuela.
La llegada y la descubierta de mi ciudad
Yo siempre había imaginado que mi llegada seria problemática y por ello inventé vestirme de rojo para poder argumentar en cualquier momento un “malentendido” y mi adherencia con el “Proceso” (yo lo llamaría “Retroceso”.
El Proceso: es el nombre que los secuaces-adeptos a Hugo Chávez, llaman a su estafa gubernamental, la cual intentan hacer durar y a mi parecer ya duro demasiado-demasiadísimo!
Siempre pensé que al ver a mi madre y mis hermanos lloraría lo que no he llorado en muchos años, pero no fue así…solo nos abrazamos y nos quisimos como la familia que no se veía en miles de años.
Minutos después estaba ya sobre la autopista hacia Caracas y decena de minutos después estaba ya en Caracas…nada había cambiado, ni siquiera los huecos que había dejado hace cinco años.
Fue una sensación bastante extraña y diferente a la que yo había sentido una vez cuando por haber seguido el ejemplo de mis hermanos decidí inscribirme en el Internado militarizado “Monseñor Arias” y observaba como la ciudad, entre un fin de semana y otro evolucionaba sin cese.
Esta vez fue diferente…mi ciudad estaba intacta y por un momento tuve la increíble sensación que los cinco años habían sido un sueño. Ahora bien, no me explico como un país no puede haber cambiado en cinco años…esto no significaría mas bien retroceso?
Una vez en la autopista nos vimos rodeados de una feroz competencia entre las más nuevas y lujosas de las camionetas y los más destartalados de los viejos carros. Toda la competencia, estaba adornada de un sinnúmero de pancartas contaminándonos con la frase en rojo “SI” (evidentemente, el presupuesto de la Nación
Estábamos como metidos en un “túnel del tiempo”, dentro de la capsula inmaculada repleta de aire acondicionado y de preguntas de todo tipo de la camioneta de mi querido primo y a cada uno de nuestros lados una infinidad de motos se disparaban a toda velocidad sin cascos, sin normas, sin moral…hasta mi madre, siempre apegada al “Proceso” decía: estamos a la merced de los motorizados!...
Eso si, eso había cambiado…ahora nos parecemos a Vietnam, pero sin el interés histórico!
Desde mi ventanilla pude observar con cierto sentimiento una de las torres del “Centro Simón Bolívar”, incendiadas por algún corrupto Chavista con la finalidad de “borrar” algún indicio de sus “negocios”…
El gigantesco edificio lucia como un “jojoto” (mazorca de maíz) devorado no por hormigas sino mas bien por “Chiripas” el cual es un termino que se utilizó en Venezuela para denominar al ciudadano que cambia de partido político en la búsqueda de una conveniencia económica y el cual seguramente sigue siendo el peor de nuestros males.
Una media hora más tarde ya tenía dos cervezas bebidas, una hallaca servida, un “güisqui” en la mano, tres celulares repicando al mismo tiempo, todas mis tías abrazándome llorando y diciéndome cuanto me querían, mil preguntas al mismo tiempo, gaitas a todo volumen y una invitación para mas tarde…
Cuatro horas después, (para mi serian algo así como las seis de la mañana) ya me había quedado dormido entre el sofá de Carmela y la camioneta de Luisito, toda mi gente tan querida, y tanto vivir en menos de doce horas…los días se sucedieron casi con la misma desenfrenada rutina.
Las primeras horas, mis primeros momentos
Recuerdo de una manera particular, el haber observado a mi hermano mayor, literalmente “enchufado” al canal televisivo del Estado, el cual esta secuestrado por el “proyecto” chavista, es increíble como uno puede imaginar la transfusión de neuronas de un sitio a otro y el dictamen de los argumentos que se deben responder frente a la escasez de leche, harina o papel tóale…y como el ultimo brillante discurso del Dictadorcillo fue de un orden totalmente escatológico yo supuse que nuestro nuevo martirio debería ser, no podernos limpiar el orificio por el cual salio –su- (el de Chávez) discurso y toda su gente.
Uno o dos días después las invitaciones se sucedieron con un ritmo totalmente desenfrenado de lo cual solo tengo el recuerdo de haber estado extenuado y no haber podido compartir todo aquello que hubiera querido comentar con mis amigos tan queridos y tan intactos en su cariño.
Tal cual “perro por su casa” me dispuse a coger el metro para ir a visitar a no me acuerdo a quien….el metro nuestro orgullo capital, ahora se transformó en un territorio capaz de alojar el contrato abusivo de algún publicista el cual no tuvo los mínimos escrúpulos de utilizar el menor espacio y desplegó con toda su furia, metros y metros de una especie de banda publicitaria…Ahora el metro se convirtió en un jabón gigante, sus coloridos pasillos están opacados de una inmensa sonrisa ofreciendo crema dental y pare usted de contar, ni hablar de la suciedad de los pasillos y la falta de mantenimiento!
Los primeros días también fueron caracterizados por una extraña letanía de mi parte, creo que efecto del “jet lag” y del mal tiempo reinante en Caracas y así, me dejé transportar de un centro comercial al otro en compañía de mi familia o de mis amigos en búsqueda de los regalos de navidad, una vez allí pude notar con cierta preocupación lo gritones y simpáticos que podemos ser los venezolanos…
Cada quien le dirige la palabra a cada cual sin el mínimo respeto ni protocolo posible y que bueno que sea así, a pesar de ser un pueblo totalmente anárquico (de allí ese “bicho” en el Poder) somos un pueblo de gente “chévere” sin complicaciones ni los aburridos protocolos que cada día soporto menos en estos países “desarrollados”; la música, la efscervecencia de las compras, el güisqui, los sublimes platos japoneses-venezolanos todo se mezclaba en esta especie de fatiga que me hacia dormir cada vez que nos montábamos en el carro y hacia una ‘”cola” de horas y horas para rodar en una sola cuadra.
El 24 de diciembre me di cuenta lo “grinch” que me he convertido y lo desacostumbrado al ruido que me vuelto…cada explosivo “Bim Laden” que mi vecino hacia explotar frente a mi casa como una manera de buscar otra trifulca con mi hermano mayor, se unía con los gritos de mis sobrinos, corriendo de manera histérica en un circuito que como arquitecto se me ocurrió implantar en la casa…al cabo de dos horas mis nervios estaban desechos y mi madre me ofreció “darme la cola” hasta la Francisco
Caracas de noche
Uno de mis mas queridos e inteligente amigos tuvo la fabulosa idea de invitarme a un cocktail que haría en su casa, una vez allí, de nuevo pude encontrarme con el mismo tipo de gente que había dejado unos años atrás…La caracas High Society o una porción bien particular de ella, con sus gustos su manera de hablar, de ver, de medirse, de vestirse y de consumir la noche.
La primera media hora fue un total fastidio y me sentí como el peor de los renegados y excluidos de cualquier grupo, a la excepción de mi amiga querida quien tuve la suerte de encontrar..una vez allá, pude dejarla en libertad con sus querencias y decidí buscar suerte en ese ambiente caraqueño…los resultados y el exceso de vodka hicieron los resultado y media hora mas tarde ya estaba y ya era, de nuevo caraqueño 100 por ciento puro, con chistes y comentarios “divinos” incluidos.
Las horas y los vodkas fueron pasando y a la “hora del cierre” ninguno de los “gentelmans” presentes tuvieron la tan esperada delicadeza de ofrecerme el aventón hasta la casa de mi madre (y no los culpo, esa urbanización esta cada día mas terrible) entonces no me quedo otro remedio que buscar “suerte” (afortunadamente en compañía de un ex “pana” caraqueño-Berlines de Ibrahim) y nos lanzamos a la aventura de buscar un taxi en la Av.
Pues la escena fue digna del mejor film de Tim Burton, es decir en medio de la noche más que negra, una soledad y un silencio que rompían los tímpanos, lo único que se podía escuchar era el miedo.
Nosotros dos, uno bien moreno y yo demasiado bien vestido caminábamos y caminábamos con la única esperanza de poder encontrar un valiente mercader que nos vendiese el riesgo de llevarnos a casa…el silencio el miedo eran tan impresionante que hasta las acostumbradas ratas y cucarachas que se pasean en los basureros del Mac Donalds cerca de Centro Plaza, pues ni asomaban las cabezas.
Varios taxis pasaron y más rápido corrieron al ver que éramos dos.. Yo podría decir que los taxis que pasaban se asemejaban mas bien a un carruaje vestido de calaveras que a un ser humano tratando de ganar la vida y profundamente aterrorizado por el hampa desbordada como único programa social exitoso de la “Revolución Bolivariana”…al final el milagro se hizo y por fin pudimos llegar a la casa, yo jurando mas nunca salir de noche!
Pues así, mis noches caraqueñas se llenaron de familia, amigos y querencias sin haber podido dar paso a un pequeño romance o haber retomado dos grandes romances (al menos de mi parte) que con mucha nostalgia dejé hace 5 años.
La maravilla que tengo como amigo en Luís Alejandro no dudo en prestarme su espectacular casa diciéndome: “por que en estas épocas yo ya sé lo que para allá, va!” y mi demasiado querido amigo Luisito no dudo en llevarme en su camioneta nueva…varias horas después ya yo había hecho desplazarse de su puesto a Luisito y me había apoderado del volante con el certero argumento que mi amigo manejaba peor que una vieja!...
Mil curvas mas allá, los verdes tonos eran adormecidos por una especie de capa grisácea (la neblina) que acolchonaba la sensación de que nos encontrábamos en el cielo…unos kilómetros mas allá, nos encontrábamos dentro de un límpido cubo diseñado hasta en los mínimos detalles y cuyas paredes amovibles daban paso a una feliz convivencia entre la selva mas furica que hubiera podido observar y las costumbres y objetos mejor dispuestos en ese lugar… Animalidad y protocolo en un mismo espacio, un espacio que nos invitaba a quedarnos y ni siquiera salir a encontrarme con mi tan querido y añorado mar caribe.
La playa de Choroni es siempre increíble…en una minúscula porción de tierra convive el verde azote de las palmeras, siempre erguidas como en un dictado histérico de felicidad y el mar revuelto como si fuese un “trago” hecho a base de aceitunas, allí en esta conjunción siempre se dan unos atardecederes tan dorados y azul-frío a la vez, que me recuerdan a las tardes en el Castillo de Versalles en donde los bronces de las estatuas siempre contrastan con el gris cielo.
La gente…la gente en Venezuela lo hace todo, sin embargo allí en Choroni y varios días después tuve la certeza que aquella predicción de Luís Alejo era cierta, e infelizmente me daba cuenta de “aquello que iba”…
Por un gran descuido fruto de mi paranoia cada vez mas presente en mi vida escondí cierta cantidad de dinero, siempre con el pensamiento que en Venezuela todo puede pasar en cualquier momento, fue así como llegando a Caracas en la misma camioneta de Luisito y luego de haber compartido una cena absolutamente mágica con mi familia de Maracay, me di cuenta que había olvidado el dinero en aquel maravilloso escondite.
Fue así como el 1 de Enero y luego del mágico Gonguio de Nuevo Año (celebración budista de la Soka Gakkai
El Terminal de la Bandera
El capitulo no termino allí, ya que me toco esperar 2 horas en el Terminal de Maracay…otro pueblo fantasma aun mas feo…allí pude darme cuenta lo afortunado que soy es ser parte de una clase media, la cual frente a esa “jauría” de seres (ganado bravo: dirían en Costa Rica) yo parecería mas bien salido de una revista “Hola”…
La fauna era multicompuesta de miles de jóvenes exhibiendo los mas “tierruos” de los looks que uno pudiera imaginar pero algo que me sorprendió fue la apretura de espíritu y respeto hacia el prójimo al oír la conversación a todo tono de un grupo de peluqueros y otros travestís haciendo alusión al nuevo Bolívar Fuerte” y exclamando “ves loca ahora todas vivimos en un país fuerte”. Nadie en la cola chisto por ello!
Ese, justo ese era el tipo de gente que mi amigo había evitado pero del cual yo me refugié pernoctando dos maravillosas noches en el cubo inmaculado, en compañía de las luciérnagas, los grillos, el ruido del río, mis sueños, mi descanso y una muy añorada soledad…solo m dormí, solo me desperté!
Mi viaje a los Roques fue el fruto de la feliz invitación de Ana quien no dudo un instante en darme cobijo en su casa; además de haber podido disputar de los azules mas increíbles que jamás el caribe ha hecho pude cumplir una misión mística: llevarme un poquito de José Luís, a ese lugar que él tanto amó…allí y en medio de una fuerte brisa, justo en la cima de una colina que me hacia recordar a un paisaje de Bretaña, un poquito de José Luís se fue volando de mis manos; como buscando la forma de expandirse hasta el ultimo rincón de la isla y el ultimo átomo de las turquesas aguas. Jamás imagine que de mis manos pedacitos de una existencia querida pudieran compenetrarse tan felizmente con la brisa…con el universo!
Recuerdo aquel día en el cual mi camioneta desapareció justo al frente de mis casa, recuerdo mi estupor frente al panorama vacío de mi llave como primer plano sin encontrar la puerta que abrir y recuerdo el haber llorado justo en medio de la calle, hasta vislumbrar el carro de mi mama quien me sacaría del transe; lo había perdido todo!
Un día después y luego de la execrable ineptitud del agente de policía recibiendo mi denuncia decidí levantarme a las más tempranas de las horas y rehacerme mi pasaporte para irme del país…
Así fue me levanté justo cuando los gallos todavía ni sueñan en levantarse y me fui de “aventura” al centro de Caracas, mil horas de colas y de esperas después y en medio de un letargo de evanescencia y un trágico panorama de no obtener mi pasaporte y tener que volver a despertar a los gallos, lo encontré allí, sonriendo como si el tiempo no hubiese pasado…era José Luís.
Nuestros últimos contactos habían sido lejanos y escasos gracias a las “gentiles diligencias” de Mario, quien astutamente se había encargado de empañar nuestra amistad; pero nuestro encuentro fue fácil, amigable como si el tiempo no hubiera pasado y José Luís accedió a hacerme pasar delante de su lugar y por supuesto haber podido hacer el pasaporte y hoy día estar en donde estoy.
Nosotros siempre fuimos amigos de Fe, y siempre habíamos reído y combatido mil desafíos con nuestra practica budista.
En dos ocasiones compartimos apartamento e inclusive en uno de ellos, compuesto de 4 habitaciones, terminé mudándome al mismo cuarto de José
con la finalidad de discutir, hablar y reír durante noches y noches y noches…hasta que Javier tenia que golpear las paredes pidiéndonos silencio y hasta que varios años después, Mario nos separara!...Javier cambio de plano de una forma precipitada y de una forma inesperada.
Varios años después, el allá y yo aquí, supe que José no estaba nada bien de salud y que un desenlace esperado llegaría mas pronto, que tarde.
El resumen de la historia: tuve la magnifica oportunidad de decirle “hasta pronto” por teléfono, de darme cuenta cuanta misión había realizado ese “carajito”, de reírnos sobre nuestras hipótesis de nuestras próximas existencias y nuestros reencuentros, del rencuentro con Javier, Soy yo el proximo ocupante de ese apartamento que cambiara de plano?
Jamás de los jamases, me hubiese imaginado que -este- capitulo se cerraría, dándole la señal de partida desde mis manos a mi querido amigo… cuya existencia logró tantos tanto objetivos y otorgó la “maravillosa herramienta” de la “felicidad total” del Budismo a toda su familia e inclusive a la gente presente en su velorio…que mística unión la que nos sigue uniendo!
Mi regreso fue rápido, contundente y desecho de todo "desentimentalismo" digno de una telenovela; de nuevo, no hubo lagrimas solo los abrazos mas queridos de este mundo y la absoluta presencia de mis amigos y mi familia hasta el ultimo segundo de mi permanencia en mi soleada tierra…
Ese día era azul, calido y lleno de nubes las mas blancas que halla visto en los últimos tiempos…mi primo me acompañó hasta el aeropuerto, dejamos mi muy voluminoso equipaje y luego nos fuimos a comer un pescadito al ajillo…cuyo sabor y cuyo momento, todavía conservo en mi paladar…mi querido primo!
Bienvenue à Paris
La llegada y el viaje de regreso fue casi igual de destartalado que la ida, con la “ñapa” de que el avión o no tenia aire acondicionado o no quería ponerlo en funcionamiento…por la primera vez en mi vida me sentí como “secuestrado” en un sauna..
Una vez en Porto, el muy nuevo aeropuerto no tenia el mínimo cartel que indicara hacia que punto cardinal debía correr a tomar mi vuelo…por sobre todas las cosas no podía perder el vuelo hacia Paris ya que unos días antes había recibido un mail en el cual la “víbora ponzoñosa” de mi jefe, me decía que me esperaban de regreso, dos días antes...mis “sexto sentido” me indicaba que se aproximaban tiempos difíciles…
Una vez en el aeropuerto, ellos estaban allí, Cristian y Lazo…tan fieles y tan queridos, el uno siempre tan mal vestido y el otro ladrando, corriendo y lamiendo todo pasajero subyugado con su roja-belleza.
Rápido, metimos el voluminoso equipaje en el carro, corrimos hasta la casa, comimos lo primero que encontramos en el refrigerador y yo literalmente corrí a la cueva que aloja la víbora -mi oficina- con la finalidad de evitar cualquier esperada aspereza.
La cueva y en ella, las malvadas de las telenovelas
Una vez allí, el silencio que reinaba era más que sospechoso, solo encontré dos “petites” notitas, dándome unas someras indicaciones y de allí, el día y medio que transcurrió hasta el fin de semana…
Una vez el lunes llegado, asistí a mi acostumbrada reunión en casa del “loco de la cava de vinos” y luego me dirigí hasta la cueva…una vez allí, la víbora me estaba esperando en su oficina, oí el campaneo de su cola y el “Suaz” de su cola latigando el aire de la minúscula oficina…
Un segundo después, solo oí : “Carlos, venga para acá”…y a partir de ese instante todo fue un premeditado veneno en contra de la cara de felicidad que yo había importado desde Venezuela…por que usted se fue un mes? Por que usted es irresponsable? Por que usted contesta como contesta?
Hasta ese momento, siempre supuse que la esclavitud había sido abolida y que legalmente yo trabajaba en un país “desarrollado” pero me persuadí que para el “árabe” de mi jefe la realidad era otra y que yo simplemente me debía conformar con las migajas que él pudiese botar al limpiar la mesa y “mover mi cola” cuando su mirada tuviera la ocasión de caer sobre mi “negra” presencia…cuan equivocada puede estar esa víbora frente a mi gran fuerza interna en búsqueda de justicia.
Los muy desagradable días que se sucedieron no fueron sino una escalada de gritos, insultos y hasta amenazas de su parte y de la parte de la “malvada de telenovelas” de Pascal, un pobre-pobre rico, quien malgasta toda su mísera existencia bebiéndose la fortuna de sus provincianos nuevos ricos padres le dejaron, así como exhalando su veneno en forma de literatura en contra del mínimo gesto “deplacé” de sus vecinos…un varadero ejemplo a –no- seguir!
Las formalidades, denuncias y “paro por enfermedad” se han venido sucediendo en un místico orden que solo me ha otorgado la felicidad de no verlos nunca más y la seguridad de ganar una victoria cuando el sol no se puede ocultar con un dedo.
Realmente hoy día me pregunto como pude soportar tanto sistemático maltrato
El universo conspira en mi favor
Así como estoy seguro de ganar un juicio en pro de la justicia, estos días han transcurrido en la más absoluta de las concentraciones con la finalidad ganar múltiples objetivos, mi apartamento, mi nuevo trabajo y mi “green card”.
Justo ayer y luego de varios días de pasadillas, temeroso de la ausencia de ketty para mi renovación de papeles y por consiguiente el no otorgamiento del crédito y la perdido de mi casita, pues todo comenzó a conspirar en mi favor y en compañía de mi querida Ketty, junto llegamos a la “Prefectura de Police”…no puedo negar que estas fechas siempre me ponen en un grado de stress máximo e incontrolable ya que los extranjeros estamos sumisos al estado de humor del burócrata que nos recibe y nos vemos expuestos a cualquier maltrato, arbitrariedad o capricho del funcionario.
Fue así como la primera persona que nos recibió, solo nos dijo: esto no puede ser, falta la “green card” renovada, de su padrino…”
Yo solo temblé con la perspectiva de perder el apartamento, el dinero gastado por haberme traído a Ketty y la perspectiva de quedar “indocumentado”…pero el Universo conspiró y por “arte de magia” (yo lo llamo 30 minutos de haber contactado mi Estado de Buda a través de la entonación de: Nam Miojo Rengue Kyo) Asdrúbal –mi padrino- estaba justo detrás de mi…
Por arte de magia, justo en ese momento y en ese lugar, el estaba allí buscando su “green card” renovada y fotocopiándola para mi…minutos después el funcionario que nos recibió casi no podía comprender como la “green card” que el había otorgado tres segundos antes, coincidía con la misma persona que me ha alojado estos últimos años…unos lo podrían llamar “milagro”, yo lo llamo estar en sintonía con el universo! En tal caso tengo el extraño presentimiento que luego de tantos años de sufrimientos por fin las cosas toman su rumbo y yo cada día soy mas feliz!
Mon quartier
Hace un tiempo escribí lo extasiado que me encontraba al poder estar viviendo en ese "quartier"...
Pues las cosas en la vida toman su rumbo normal y mi acentuado "coté" excéntrico le gana sitio a mi "coté" burgués. Así, la gente allí, comienza a parecerme cada día más fría y distante...
Especies de momias desfiguradas por las manos de los peores cirujanos estéticos del globo terráqueo cuyas miradas se alojan desde lo más alto de sus egos. Sus egos son el resultado de los "a priori" que ellos tienen de ellos y ellos tienen de los demás.
Cruzarse en el ascensor o en las escaleras resta un desafió al saber que en nuestro fuero interno siempre habrá el combate entre lanzarle la cachetada o sentir lastima de esos pobres seres.
Desde que vivo en ese lujoso cementerio jamás he podido escuchar el ruido de alguna fiesta o algún ser riendo, solo un piano bien entonado de nuestra obesa vecina y la especie de paseo que esta hace por su apartamento todas las mañanas bien temprano o bien tarde repartiendo sus "peos" a viento y popa por todo su espacio; es tal la sonoridad que uno puede seguir su deambular viviendo justo abajo.
Por supuesto dentro de los ruidos que también escucho, no puede faltar la omnipresente televisión de mis "compañeros" de piso, un ruido que "ahuyenta un muerto" y sobre ahuyenta sus respectivas soledades. Ella ha o fue ha sido lo bastante desagradable cuando sus humores o calores menopausicos se lo han indicado.
Una vez regresé a las tres de la mañana, luego que mi alergia a los "ácaros" de Lazo (mi amado perro) y la total desidia de su amo frente a mi agonía me hubiesen obligado a abandonarlos a esa hora...y encontré que la puerta de mi apartamento compartido no se podía abrir...acto seguido dudé "que hago los dejo dormir, me voy? adonde si yo aquí estoy solo, soy solo, vivo solo y quizás muera solo!"
Simplemente me dedique a ejercer una fuerte presión llena de ira sobre el botón del timbre; las campanadas que este hacia hubieran podido despertar al todos los vecinos temerosos de otro incendio...pero con el transcurrir del tiempo y el peso de mi ira sobre el botón, la presión fue convirtiéndose en toneladas y mis lagrimas casi queriendo salir de mis ojos casi como un sistema de enfriamiento de un reactor atómico a punto de explotar...
Por un momento pensé que mis compañeros habían cometido una locura ya que alguno de sus cochinos virtuales se desconecto del cyber espacio...pensé e imaginé la escena, llamando a los bomberos, y encontradlos inertes...junto a sus computadoras, estas aficharian el mensaje "game over"..Seria su fin y el fin de una de las vidas mas tristes que jamás he presenciado.
No pude soportar mas y con un acto histérico bailé "tambor" con la puerta, le propiné una especie de "llave" vibratoria que convertiría mas bien el incendio en terremoto; tres segundo después apareció mi "compañera" como si nada..... y confesándome que ella no oía el timbre, pero que si sentía las vibraciones.
Esta excusa me pareció la cosa mas increíble que jamás habría escuchado, es decir -dos- personas cuyos delicados oídos pudieran diferenciar e ignorar el potente ruido de una campana de timbre y las vibraciones de "Hulk" en un ataque bien meritado de histeria, sobre todo si se toma en cuenta que hace unas semanas la "menopausia" salio como una "fiera" de su cuarto casi gritando "por que caminas muy fuerte y el parquet cruje"....esa fue la señal de alarma para abandonar el barco e impedir dos asesinatos..ella pues por que simplemente se lo merece, por ser tan corta de visión y tan niña mimada -a su edad-; el por que simplemente hubiera preferido morir a los pies de su Reina.
Una de esas noches y frente a la total lúgubres que acompaña esta etapa de mi vida coronada por un éxito profesional y por el peor de los vacíos emocionales que jamás halla podido experimentar, pues me decidí a retribuir algunas delicadezas que mis amigos han tenido conmigo y así invité a Thierry a cenar en la casa, previniendo a mis "compañeros" con un día de antelación.
Ella, "genio y figura hasta la sepultura" lo primero que hizo fue repetirme su clásico discurso "esta bien (con la mayor hipocresía del mundo" pero a las 11 de la noche debemos estar en cama"...yo no pude soportar tanta tontería junta y así de rápido le replique "como siempre ha sido" haciéndole entender la incomprensión de su "remarque" tan fuera de sitio.
La cena se convirtió en un campo de batalla y apenas enfile el tenedor a mi boca, mi "compañera" salio de su cuarto a montarse en su "cabalo de Troya" (el gran escritorio con computadora que decora al salón- a solo 5 cms del comedor) excusándose por la interferencia y por la imperiosa necesidad de tener que buscar una respuesta a una importante pregunta por Internet -a pesar de haber estado todo el día conectada-....
Yo solo pensé "se puede ser tan bruta y haber perdido todo un día para tener que interrumpir mi cena?"
La lucha no culmino allí y ella al presenciar mi buen humor entonces decidió utilizar su segunda arma, la televisión; "debo relajarme" dijo ella, mi gentil amigo con la mayor de las inteligencias y la boca llena del pimentón que había cocinado, solo respondió:
"lo mejor es salir a caminar para relajarte"...
Había presenciado un duelo en el cual yo había salido victoriosos sin siquiera buscarlo...pero bien en el fondo ella marco su espacio y con esto la fecha de mi retirada; mi mejor venganza: dejarlos "vivir" su vida!
En una semana debo mudarme y son plenas las incertidumbres que aun poseo, pero también poseo una firme esperanza de poder conseguir un espacio para mi en donde pueda cocinar con todos los olores del mundo y la gente al entrar diga "hay que rico huele", un espacio en donde no tenga que fingir las sonrisas que actualmente no tengo.
No tengo sonrisas por que la carga de trabajo es más que excesiva y me encuentro así teniendo que gestionar al cliente más difícil de la empresa, 12 tiendas a través del mundo y una gigantesca casa en Egipto.
Mi rutina hoy día se reduce a conectarme a mi computadora y caer en un transe hipnótico hasta la seis de la tarde.
Tal como siempre lo temí y bastante lo sospeché el alcoholismo crónico de mi histérico jefe me convierte en el blanco preferido de sus malos humores justo siempre luego del almuerzo.
El secuestro de mi sonrisa
Todo comenzó en el momento que el marido de mi jefe (en las esferas burguesas bien llamado "socio") descubrió que ni Sheakspeare; ni Víctor Hugo habían sido mis lecturas preferidas y así mi bien profesional francés e ingles escritos, poseían una que otra vez, algún acento faltante o la simple dislexia que hoy día comanda mis dedos y también me indica el estado de fatiga y prontitud con lo que quiero conquistar mis metas.
Ella (su socio) entro como un "personaje de teatro" una especie de "Cruela de Ville" portando las misma hipócritas sonrisas que mi "compañera" de piso...escabulléndose en la mitad de los escritorios, como una serpiente que huele y busca su presa...
La oficina es un espacio mínimo atiborrado de revistas de decoración y de mostrarlos de telas, tres escritorios doblan el espacio en el cual transcurre gran parte de mi vida, el mío es el más pequeño y el que actualmente produce mayores ingresos en la oficina.
Justo al frente esta el de la rubia oxigenada; felizmente (para mi) remplazada por una tierna señora, cuyo único defecto es no utilizar desodorante y "chasquear" los dientes una vez terminado el almuerzo...de ella solo percibo una gran tristeza como si algo muy grande la quito alguna vez en la vida la ilusión de vivir; sin embargo es absolutamente transparente y silente, lo cuales son virtudes cuando se debe compartir un espacio tan pero tan reducido.
Del otro lado del salón esta el escritorio de "ella" gigante, grande, grandilocuente a pesar de nunca ser usado y no generar ingreso alguno...Entonces, ese día esa "vipera" con su sonrisa de costumbre pero llevando por dentro un toque mas de amargura que de costumbre (amargura que ni el dinero ni la bebida le han podido hacer olvidar)
Se sentó y comenzó a hablar con el mismo tono que de costumbre, los decibeles golpean mis tímpanos ( ya que hablar alto denota "seguridad" e inflige respecto!)y solo me queda recurrir a escuchar la música del MP3 que mi colega me regalo, escuchar música mientras uno trabaja esta considerado aquí en este país un irrespeto; seguramente esta gente preferiría que al mismo momento en el que uno trabajase estuviese discutiendo sobre el amor, la nostalgia y la muerte.
Acto seguido "ella" se escabulle entre su gigante televisor y la fotocopiadora y allí se produce un momento extraño en mi vida -como si lo viese en cámara lenta- recoge de la maquina las impresiones que -yo- estaba realizando me mira con una mirada mas que fulminante y no me entrega -mis- documentos sino que los lleva directamente al escritorio de mi jefe...no fue muy duro entender que había cometido algún otro error ortográfico y que seguramente el "juicio final" se acercaba o se haría ese día.
Mi sorpresa fue desagradable y mis tripas retorcijandose me lo hicieron así sentir...esperé el momento de actuar o los gritos que seguramente vendrían de la oficina de mi jefe...nada de esto ocurrió y decidieron salir a almorzar. Yo con la misma agilidad que esa serpiente me escabullí entre los documentos que tan "malsanamente", le habían sido entregado y retiré las pruebas de mi juicio final y las clasifiqué en donde nunca han debido haber salido.
Una hora después el par de borrachines entra del julgurioso almuerzo y el primer grito se cuela en el ambiente: donde están los mails que estaban en mi escritorio!!!!!!.....yo respondo con toda la tranquilidad del mundo: "en donde han siempre debido estar clasificados y archivados!"
El responde: "búscalos"
La vipera comienza a turnicotear y excitarse -"ella" se dio cuenta que yo me di cuenta de quien era... y que sabia hasta donde su maldad podía llegar y que no vía dudado el poner fin a su artimaña.
Acto seguido los famosos mails llegan a las manos de mi jefe y este cae en transe hipnótico, transe que seria interrumpido por una serie de ruidos a un volumen tan alto que casi era imposible distinguir lo que se decía, sin embargo era fácil dilucidar que yo era el culpable y que "nos vas hacer arruinar" por que efectivamente el famoso mail que comportaba errores (y el cual me había sido corregido por mi nueva secretaria) estaba escrito de una manera que no era la mejor...ni siquiera tenia errores, era simplemente una "tournure" de frase...de "estilo"....fue injusto muy injusto...esa noche no dormí y ese fin de semana caí en cama con una fiebre tan alta que ni fuerzas tenia para ir a buscar mis aspirinas.
El juego estaba jugado y de ahora en adelante mis relaciones sociales con "ella" serian distantes frías y algo hipócritas, las cosas escritas tomarían mas tiempo que lo habitual y deberían pasar por tres correcciones antes de ser difundidas.
Este episodio fue seguido por una serie de capítulos en el cual mi carácter no pudo retenerse y allí fui yo quien con toda la justicia del mundo fue el que grito y grito con todas sus ganas..de su boca había escuchados reproches tan injustos como:
· Por que vino a trabajar hasta las 9 de la noche un sábado? : justo un lunes en la mañana con una gripe que ni me dejaba tener en pie.
· Usted me esta cobrando horas extras, jamás alguien lo había hecho!: yo le había pedido tiempo libre no dinero
· Usted me dijo que era bilingüe cosa que es absolutamente falsa: seria que en ese momento estaríamos hablando chino?
· Por que usted hablo directamente con mi cliente? quizás hubiese preferido que yo le hubiese respondido a su cliente -yo no puedo hablar con usted- que viva la confianza entre el patrón y el subalterno.
· No entiendo como ese documento se ha paseado un mes sobre su escritorio: cuando en mi vida había sido la primera vez que lo había visto
En fin entre uno y otro reclamo fueron colándose los meses y así desapareciendo también mi entusiasmo y energía hasta llegar el día en que el me dijo:
"Usted me esta mintiendo"...justo después de esa frase el diablo se apodero de mi y yo nunca mas fui yo, en cambio de eso algún ser demoníaco se apodero de mi voz y allí fui yo quien grito y grito con todas sus fuerzas...las cosas y reproches fueron y vinieron y entre ellas recuerdo haberle dicho "usted reprocha por las cosas malas pero jamás dice nada por las cosas buenas, usted es injusto yo no digo mentiras y jamás lo he hecho y por sobre todas las cosas -usted me esta robando mi sonrisa y eso no se lo permitiré"....solo recuerdo esa frase.
Esa frase que seria y es mi "caballo de batalla" justo cuando ese "creí" llega de sus almuerzos..Entonces allí me digo a mi mismo "recuerda es una batalla en donde tu sonrisa esta en juego y esto no debes permitírtelo!"....los meses se han venido colando y no se por que arte de magia, el no me ha vuelto a buscar problemas o yo simplemente me he dignado a trabajar sin dar otra cosas de mi...afrontando el trabajo de una manera profesional pero sin invertir mi lado humano...A veces me ha dado ganas de llorar y no para frente a la pantalla del computador.
En toda esta época de angustia profesional, vivo "construyendo" una especie de letargo en el que estoy "pagando" mis irresponsabilidades del pasado (estudiar y estudiar sin haberme hecho un capital y un techo propio) es una especie de rutina cuyo destino no conozco a ciencia cierta, pero es una rutina que me aleja de pensar en los maravillosos momentos que viví en Andalucía, de nuevo el único amor que he conocido e inmensamente sentido luego de tantos anos se va escabullendo de mis manos y me voy hundiendo en el gélido mar de mi soledad...una mar tan grande, tan frío tan oscuro que las palabras no podrían describirlo.